Transcurridos cuatro años luego de la definición y adopción en 2015 de la Agenda 2030 “Transformar nuestro mundo”, conviene analizar las oportunidades y desafíos que esta ambiciosa agenda impone a los países latinoamericanos en relación con antiguos y nuevos retos. La Agenda 2030 representa una oportunidad única para la región al poner en el centro temas como la superación de la pobreza extrema, la reducción de la desigualdad y la protección de los recursos naturales -desafíos complejos y de vieja data-, y al señalar la necesidad de consensuar e implementar transformaciones profundas a los modelos de desarrollo.