¿Qué es una buena práctica?
Una buena práctica es aquella forma de hacer experimentada y susceptible de ser replicada, que introduce mejoras en los procesos y actividades que tienen lugar en las organizaciones, para producir resultados positivos siguiendo los lineamientos establecidos. No es una norma estándar a seguir, sino que presenta una serie de ejemplos probados, que han resultado eficientes en determinados contextos, que incitan a la creatividad y potencian cambios de forma proactiva.
Una buena práctica también puede definirse como aquellas soluciones eficientes para resolver un problema. Son prácticas validadas mediante su uso extensivo y la obtención de resultados positivos en contextos diversos, los cuales son confirmados por evaluaciones. Las buenas prácticas son aquellas que:
• Se han ejecutado con comprobada efectividad
• Pueden ser replicadas y aplicadas en otros contextos arrojando resultados similares
• Han cumplido o sobrepasado los objetivos trazados y han entregado los productos esperados,
• Son sostenibles en el tiempo
El proceso de seguimiento y acompañamiento a los proyectos de las ODB
Las entidades socias de RedEAmérica han adoptado el acompañamiento y cofinanciación de iniciativas de las ODB como estrategias para impulsar el desarrollo de base y las aplican de forma constante y sistemática ya que han demostrado un enorme potencial para cualificar capacidades colectivas en las ODB, mejorar su interlocución e incrementar sus posibilidades de éxito 2.
Conozca algunos conceptos y experiencias sobre acompañamiento y seguimiento >>
Buenas prácticas:
¿Qué es una buena práctica?
Una buena práctica es aquella forma de hacer experimentada y susceptible de ser replicada, que introduce mejoras en los procesos y actividades que tienen lugar en las organizaciones, para producir resultados positivos siguiendo los lineamientos establecidos. No es una norma estándar a seguir, sino que presenta una serie de ejemplos probados, que han resultado eficientes en determinados contextos, que incitan a la creatividad y potencian cambios de forma proactiva.
Una buena práctica también puede definirse como aquellas soluciones eficientes para resolver un problema. Son prácticas validadas mediante su uso extensivo y la obtención de resultados positivos en contextos diversos, los cuales son confirmados por evaluaciones. Las buenas prácticas son aquellas que:
• Se han ejecutado con comprobada efectividad
• Pueden ser replicadas y aplicadas en otros contextos arrojando resultados similares
• Han cumplido o sobrepasado los objetivos trazados y han entregado los productos esperados,
• Son sostenibles en el tiempo
1. Incluir la estrategia global de acompañamiento en la planeación del programa
En la planeación del programa debe hacerse la discusión y la inclusión de la estrategia global de acompañamiento, teniendo en cuenta que conlleva una serie de responsabilidades, procesos y recursos que deben ser tenidos en cuenta.
Desde la planeación misma del Fondo programa, se propone delinear la estrategia general de acompañamiento, definiendo su objetivo, los alcances y fases que cobija, la estrategia para ejecutarla, los responsables, los recursos requeridos y los resultados esperados.
Sin embargo, el plan mismo de acompañamiento, que idealmente debe ser consensuado con las ODB solo puede ser formulado a partir del conocimiento de la situación del proceso organizativo, del entorno en que actúan y de los contenidos específicos del proyecto o de los proyectos que se van a acompañar.
El Plan de acompañamiento debe incluir como mínimo:
• Objetivo específico del acompañamiento
• Líneas de acción que se van a desarrollar
• Estrategia para el acompañamiento
• Logros y productos que se esperan conseguir
• Recurso humano que realizará el acompañamiento
• Forma de operación del acompañamiento
• Cronograma y presupuesto" 7
Se recomienda, teniendo como referencia el Manual de Acompañamiento de RedEAmerica, que una vez vinculadas las ODB y conocidos los perfiles de proyectos, se haga una formulación más específica del Plan de acompañamiento a partir del sistema de evaluación, en particular para definir la estrategia a seguir por el Plan. Es decir, definir el qué, el cómo, el alcance, los recursos disponibles, con quiénes se va a realizar tal acompañamiento y los resultados esperados, en relación con el proyecto, pero en particular en relación con la organización de base.
Igualmente, el Plan de acompañamiento, sea que se realice individualmente en cada organización o de manera conjunta con otras organizaciones, debe ser acorde con el proyecto y en diálogo con los objetivos del mismo, pero debe trascenderlo en su desarrollo técnico y financiero. En efecto, debe trascenderlo hasta llegar y centrarse en las características de la organización u organizaciones de base que lo tramitan y lo ejecutan, que son el eje del desarrollo de base, para que a través y con la excusa del proyecto se logre cualificar sus capacidades de acción colectiva y su autonomía.
Y para cualificar las capacidades de acción colectiva de las ODB debe conocer cuáles son estas al inicio del proyecto mediante la aplicación de los indicadores de línea base inicial. Con esta información y elementos se debe plantear en el Plan de acompañamiento, así como los objetivos y estrategias para el fortalecimiento de las organizaciones de desarrollo de base, ODB y medir y evaluar los resultados a través de los indicadores de línea base final. De esta manera se recomienda utilizar el sistema de evaluación de la Red (concatenar) para alimentar la formulación del Plan de acompañamiento.
2. La estrategia de acompañamiento debe iniciarse desde la formulación de los proyectos
La estrategia de acompañamiento debe iniciar su ejecución desde la etapa
de formulación de proyectos de las ODB y debe prever recursos financieros
que lo hagan viable.
La calidad del Plan de acompañamiento depende de la calidad de los proyectos que lo proveen de contenidos y le dan vida, por lo que es altamente aconsejable acompañar a la ODB en su formulación, de manera que se aproveche la coyuntura para fortalecer sus capacidades colectivas en este campo. Y para que dicho trabajo sea pertinente y eficaz, el Manual de Acompañamiento de la Red recomienda precisar con antelación las fortalezas y debilidades existentes en las organizaciones, es decir utilizar el sistema de evaluación de RedEAmérica y su conjunto de indicadores.
Como se afirma en una buena práctica anterior, una forma de garantizar la calidad de los proyectos es solicitar a las ODB en un primer momento solamente la presentación de perfiles para realizar una preselección de ellos y llevar luego a cabo jornadas de capacitación y acompañamiento orientadas a convertir esos perfiles en proyectos. Tal forma de elaboración del proyecto contribuye notablemente para que las ODB cualifiquen sus capacidades colectivas de análisis y planeación , a la vez que se logra una hoja de ruta más solida para la ejecución del proyecto.
El acompañamiento a las organizaciones en la formulación de los proyectos puede darse a través de acciones de información, capacitación y asesorías, actividades que no son excluyentes entre sí.
Un aspecto indispensable a establecer por parte del Fondo programa al tomar la decisión de asumir el acompañamiento a los procesos organizativos y sus proyectos como parte del enfoque de desarrollo de base es, además de expresar la voluntad, definir la disponibilidad de recursos económico, humanos y técnicos para la elaboración e implementación del Plan de acompañamiento.
3. El plan de acompañamiento debe contemplar la homologación de las fundaciones acompañantes
El plan de acompañamiento debe contemplar una nivelación y homologación de experiencias y herramientas entre las fundaciones acompañantes para ejercer el acompañamiento.
Durante la implementación del Plan de acompañamiento los Fondos Programas han tenido dificultades pues cada miembro tiene su método propio de fortalecer y acompañar la ODB, método que muchas veces puede chocar con los de las consultorías, en los casos que existen. Esto genera un desequilibrio marcado en la calidad del acompañamiento a cada una de las ODB.
Para resolver este problema se plantea homologar y nivelar las experiencias, conocimientos y herramientas que se utilizan durante el acompañamiento.
Dependiendo de las diferencias que existan entre las fundaciones acompañantes frente a este proceso se pueden emprender distintas estrategias de trabajo, que van desde el intercambio de experiencias entre las mismas fundaciones miembros del Fondo Programa, hasta la realización de talleres y eventos de capacitación y asesoría para el acompañamiento. Lo cierto es que si el programa no cuenta con la experiencia instalada, se puede contratar una asesoría cuya experiencia y capacidad responda adecuadamente a los requerimientos de la oferta.
Cabe recordar que si bien el acompañamiento se realiza a propósito del proyecto, lo rebasa en sus alcances, por lo que adquiere un valor estratégico y se convierte en la clave de éxito, pues crea condiciones para obtener mejores impactos y hace posible que los recursos invertidos operen como capital semilla en el fortalecimiento de la ODB como sujeto social.
En el marco de los principios de actuación del desarrollo de base algunas pautas generales para realizar un adecuado acompañamiento son las siguientes 10:
• Sopesar con objetividad los aciertos de la ODB, red o alianza y del proyecto que se
acompañe a partir de una aproximación lo más detallada posible a su estado
de desarrollo para definir los avances a obtener ,
• Asumir la interacción de los acompañantes con los acompañados como una alianza
que trabaja por objetivos compartidos,
• Establecer relaciones respetuosas y constructivas con los procesos organizativos
acompañados, reconociendo que quien acompaña también aprende y también
se nutre,
• Brindar conceptos estructurados y pertinentes y herramientas técnicas de calidad
para que fortalezcan sus capacidades, resuelvan con autonomía los dilemas de la
ejecución del proyecto y avancen en la sostenibilidad de su gestión,
• Aportar para que los procesos de gestión de las organizaciones tengan
atributos sobresalientes de calidad, pertinencia, eficacia y eficiencia, de modo
que sean visibles sus contribuciones a la reducción de la pobreza y la
profundización de la democracia,
• No perder de vista el carácter temporal del acompañamiento, el cual se
hará prescindible hacia el futuro y que en ningún momento debe suplantar a la
organización. Esta última es la que permanece y a medida que se fortalece
se torna imprescindible.